lunes, 1 de marzo de 2010

Palabras a mi Nación


 

Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas.

Luc 21:26


 

Al ver lo que está sucediendo en mi Nación, no dejo de tener esa tristeza por los que cada día buscan sin resultado encontrar algo que les de esperanzas, encontrar los que aun se encuentran entre escombros o hallar entre peces muertos y una fetidez que abruma un poco de comida para llevar a lo que quedó de su hogar.

Como pastor mi corazón se duele y llora, al mirar los hombres que desfallecen por el temor y no tienen ninguna esperanza pues todo lo que ellos amaban y se aferraban desapareció, no miran que aún mantienen sus vidas y que pueden volver a empezar, pero sus fuerzas se han ido, su dios los ha abandonado y claman por una ayuda que demora en llegar.

Nosotros sabemos que esto ha sido declarado en la preciosa palabra de Dios, no nos sorprende que el terror se apodere del mundo, que la angustia, el odio, la desolación se cierna sobre los hombres.

Mi Chile amado, como pudiera darte a conocer la verdad de mi Señor, si te volvieras a Él tendrías la paz que tanto anhelas, si te volvieras a Él tu esperanza se agrandaría y comprenderías que su fuerza y amor te rodean, sus brazos están extendidos para ti, sus manos cariñosas te sanarán, sus hombros te llevarán a un lugar seguro.

Sé que tienes hambre y también sed, que el frio se hunde en tus huesos y que lloras en silencio por tus hijos, que tus sueños se han desmoronado en tan solo 2 minutos, y que el mar borro la huella que dejaste en tu camino.

Vuelve a tu Señor mi amado Chile, gime por volver a su regazo, no serás desechado si te humillas con fé ante su misericordia, recuerda que él es quien perdona todas tus iniquidades, el sana todas tus dolencias, el es el que rescata del hoyo tu vida y quien te coronará con su misericordia.

Larga y angosta faja de tierra, esa copia feliz del Edén, ese mar que tranquilo te baña, hoy te sorprende con inmenso furor, pero las aguas volverán atrás, y la tierra se aquietará, Mi Señor traerá reposo, quietud en medio de la oscuridad, los terrores de la noche el ahuyentará y su mano te sostendrá. No contenderá para siempre con el hombre ni guardará innecesariamente su enojo.


 

Porque los montes serán quitados y las colinas temblarán, pero mi misericordia
no se apartará de ti, y el pacto de mi paz no será quebrantado --dice el SEÑOR, que tiene compasión de ti.

Isa 54:10

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